Casavo•11 junio, El equipo de Casavo
¿Qué es un aval bancario y cómo funciona en España?

En un determinado momento te puedes plantear solicitar un aval bancario, pero puede que no sepas en qué consiste exactamente. No te preocupes, porque en este artículo de Casavo te vamos a contar qué es un aval bancario, los tipos de aval que existen, los requisitos para pedirlo y algunas alternativas.
También te contaremos cómo funciona un aval bancario por si necesitas pedir uno, ya sea como avalado o como avalista. ¡Sigue leyendo!
Lo primero de todo es entender en qué consiste exactamente un aval. Se trata de una operación de garantía por la cual el banco responde por ti en caso de incumplimiento frente a un tercero, que es el beneficiario. Es decir, si tú no puedes pagar por falta de solvencia, el banco, que es totalmente solvente, sí podrá hacerlo por ti.
Los avales bancarios se suelen usar en contratos de compraventa, licitaciones de obras y otras operaciones. Sin embargo, los más frecuentes son los avales bancarios para el alquiler de viviendas. El arrendador puede exigir a su arrendatario una garantía por un número determinado de mensualidades. De esta manera, si el inquilino no le paga, recibirá el pago del banco.
También existen los préstamos con aval. En este tipo de operación, si no puedes devolver el dinero prestado y sus correspondientes comisiones, el banco responderá por ti ante la empresa que te haya concedido el préstamo.
¿Y por qué al banco le interesa arriesgarse a esto?, te preguntarás. La razón es muy sencilla: lo hace porque te va a cobrar comisiones por ser tu avalista, que varían en función del plazo, del tipo y del riesgo del aval. Normalmente, hay una comisión de estudio, una comisión de apertura y las comisiones de riesgo. Veamos en detalle cuál es el coste del aval bancario en comisiones, que puede variar ligeramente según el banco:
- Comisión de estudio: entre un 0,5 % y un 1 % sobre el importe total del aval. Esta comisión solo se paga una vez.
- Comisión de apertura: entre un 0,75 % y un 1 % del valor total. Al igual que la comisión de estudio, se paga solo al principio.
- Comisiones de riesgo: por lo general, un 1 % sobre el importe total del aval. Se tiene que pagar una vez al trimestre, por lo que es el gasto más grande que tendrás.
- Gastos de notario: suelen ser de un 0,3 % sobre el valor total.
Además, para poder solicitar un aval bancario, antes hay que formalizar ante notario una Póliza de Cobertura de Garantía Bancaria. En este documento se estipula el pago de las comisiones, intereses y gastos, reembolso, etc. En el caso de que sean varias garantías, se pueden reunir en una Póliza de Cobertura para Límite de Garantías Bancarias.
En cuanto a la duración de un aval, puede tener un plazo indefinido o una fecha concreta de fin, según se pacte con la entidad bancaria. En el caso de los avales bancarios para alquiler, suele tener la misma duración que el contrato de arrendamiento.
Una vez has entendido qué es un aval bancario y sus características, veamos cuál es la información que debe contener cualquier documento de una garantía:
- los datos del avalado, del avalista y del beneficiario. Esto es, tus datos, los de la persona que responderá por ti y los de la persona o empresa a la que debes pagar;
- la obligación garantizada;
- el plazo de duración;
- los requisitos del aval bancario por los que el beneficiario puede exigir su cumplimiento;
- las condiciones para su cancelación en el caso de que tenga una duración indefinida;
- las comisiones y los gastos que debe pagar el avalado.
Cabe destacar que, al igual que sucede con los préstamos personales o las hipotecas, el banco estudiará tu perfil para determinar si eres solvente y, por lo tanto, si debe o no avalarte.
La diferencia entre una hipoteca y un aval es que, en el primer caso, es la propia vivienda la que funciona como aval. Si dejas de pagar el préstamo hipotecario, el banco se queda con tu casa. En el caso de los avales, el que responde es el banco u otra persona. Si no sabes cómo conseguir una hipoteca, puedes consultar la guía que tenemos en Casavo, que es muy completa y resolverá todas tus dudas.
¿Qué tipos de aval existen?
Existen principalmente dos tipos de aval bancario: el aval técnico y el aval económico. Veamos en qué consisten.
Aval técnico
Con un aval técnico, el banco garantiza el cumplimiento de obligaciones que no son pagos, como participaciones en concursos, ejecuciones de obras o el buen funcionamiento de la maquinaria vendida. Este es un tipo de garantía que se suele presentar ante organismos públicos o administraciones.
Este tipo de garantía suele ser más usada por empresas que por personas físicas, por lo que es menos común que el aval económico.
Aval técnico
El aval económico es aquel por el que la entidad bancaria se compromete a pagar una cantidad en el caso de que el avalado no lo haga. Por ejemplo, en un contrato de compraventa de una vivienda o en un alquiler.
En cuanto al coste de estos avales, no hay diferencia de precios según el tipo de aval, sino que cada banco establece las comisiones que cree oportunas dentro de los márgenes que hemos indicado antes. Veamos un ejemplo de cuánto nos costaría un aval económico para un año de alquiler.
Imagina que el alquiler es de 500 € al mes, lo que serían 6000 € al año. Usando los porcentajes máximos que nos pueden cobrar, la comisión de estudio serían 60 €, la comisión de apertura, otros 60 € y, los gastos de notario, 18 €. A esos 138 € hay que sumar un 1 % de comisión de riesgo cada trimestre, es decir, 60 € cada tres meses, lo que hacen 240 € al año. En total, tendríamos que pagar 378 € el primer año de aval. El resto de años habría que pagar solo la comisión de riesgo, es decir, 240 €.
Cabe destacar que, aunque no es un tipo de aval, también existe el preaval. Es el compromiso del banco de conceder un aval a su cliente cuando se den ciertas circunstancias.
Requisitos para solicitar un aval
En cuanto a las condiciones, el banco te exigirá una serie de requisitos para concederte un aval bancario:
- El banco realiza un estudio financiero de tu perfil para comprobar si tienes la liquidez suficiente como para devolver el dinero que te conceden con la garantía. Esto es así porque esta operación supone cierto riesgo para la entidad bancaria.
- Si tu perfil les parece bien, hay que negociar con la entidad una serie de condiciones: cantidad, plazo, comisiones, tipo de aval y muchas otras.
- La entidad genera una carta formal y el aval, que debes firmar y entregar al beneficiario como prueba de que tienes una garantía bancaria.
- Debes entregar el aval al tercero para que lo firme también y así quede constancia de que lo ha recibido y aceptado. Con esta acción se genera un documento llamado «póliza de garantía».
- Por último, ambos documentos se registran en el Registro de Avales de la entidad bancaria.
En el caso de que el aval expire sin ninguna incidencia, el banco cerrará la garantía, dando la operación por finalizada.
Alternativas a un aval bancario
Aunque el aval bancario está muy extendido, existen otras soluciones similares que también dan grandes resultados. Por ejemplo, el seguro de pagos, donde el asegurado paga una prima a cambio de que la aseguradora asuma un posible impago. Esta alternativa es bastante frecuente en alquileres.
Otra buena opción es el aval personal, que cubre cantidades menores que el aval bancario, pues genera menos confianza en el tercero, pero también es más económico. En lugar de una entidad bancaria, es una persona cercana al avalado, como un familiar o un amigo, quien responde en caso de impago.
Para finalizar el artículo, queremos recordarte que en Casavo podemos ayudarte con cualquier tema relacionado con el sector inmobiliario, ya sea sobre avales bancarios u otros aspectos. Además, si estás pensando en adquirir una vivienda, en nuestra web puedes ver las casas en venta que tenemos.